Cuando ponemos aceite a calentar en una sartén , muchas veces no nos damos cuenta de que la sartén tiene un poco de
agua, y el aceite empieza a salpicar pudiendo hasta muchas veces llegar a quemarnos.
Pues bien, hoy os traigo un sencillo truco para evitar esto:
Añade una pizca de sal en la sartén. La sal cae al fondo de la sartén, y
atrapa el agua, por lo que deja de salpicar. Muy fácil ¿ verdad?
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